lunes, 15 de agosto de 2011

Elucubraciones veraniegas..............



Estoy sentada en la playa, leyendo un artículo de la revista muy interesante. Trataba de evadirme en la lectura y sin dilación me veo sumida en investigación y pesquisa, como si fuese una  antropóloga  tratando de descifrar, cada unos de los gestos y comportamientos que delatan nuestra conducta y carácter, todo, gracias al artículo titulado psicología a pié de playa .                                                   
La playa, es como un gran escenario social, donde se puede observar un gran número de comportamientos en cuanto a las relaciones personales se refieren, tenemos una gran tolerancia traspasando el umbral de la arena, algo que sería casi inimaginable, como estar semidesnudos o en pelota picada, en este entorno, es permisible. Es curioso el comportamiento humano, el sol, la visión del mar con su rítmico movimiento y sus cualidades como lugar de encuentro hacen que sintamos una gran sensación de liberación.
La playa constituye un escenario donde el espacio está estrictamente delimitado.
Desde que pisamos la arena sale a flote nuestra personalidad, a unos les encantan los sitios concurridos, donde el espacio entre toallas sea mínimo, a otros les encanta caminar hasta hallar su parcela que cercan como si de un fuerte se tratase, paravientos , sombrillas, hamacas, todo una multitud de artículos playeros para su disfrute, hay otro sector que le interesan las playas recónditas para sentirse aislados y de alguna manera propietarios de la exclusividad del lugar, como se puede observar hay una gran variedad de especímenes playeros, bien diferenciados. los cuales me dispongo a buscar.
A mi lado derecho, se encuentra lo que yo definiría como  familia típica, el padre la madre los niños incluso traen perrito. La madre toma el sol  y supervisa desde lejos a su prole, es la que yo llamaría "la controladora", el padre en la orilla viendo a sus niños y no dejando pasar los cuerpos, en top less de las jovencitas de buen ver, distrae tanto la vista que la mujer le pega una voz para alertarlo de los movimientos de uno de los niños, ella controla pero no se levanta.
A mi espalda" el solitario", chico solo con camiseta, escuchando su ipod , creo que no le interesa nada , ni broncearse, solo aislarse y escuchar su música. 
Delante los típicos ligones, con las paletas de playa, con sus cuerpos esculpidos a golpe de gimnasio durante todo el año, para a si marcar tabletas en los días de verano, por cierto les va bien, un grupito de jovencitas les observa desde sus toallas, a ellos no les va la lectura, ni el relax, su actividad es incesante para hacerse notar.
La pareja amorosa la tengo en este caso a mi izquierda un poquito alejada es una pareja gay que se prodigan todo tipo de arrumacos, se les nota felices, aunque la madre de la familia típica cuchichea sobre ello.
Y aquí, en medio de todo este embrollo playero de ir y venir de individuos, yo, sola escribiendo y esperando a que mi familia regrese de tomar unos espetos de sardinas Malagueñas, me podría catalogar como una espectadora, creo que la madre de la familia que tengo al lado se pregunta que demonios estará escribiendo aquella sentada en la toalla.
Según un profesor que tuve licenciado en antropología, los gestos el lenguaje corporal o no verbal, el que se transmite por mensajes que no son hablados constituyen el 65% del total de la comunicación humana. Es muy cierto que las miradas, gestos y demás manifestaciones denotan nuestro carácter.
Concluiré, opinando que la arena, el sol y el mar, son un lugar estupendo para desarrollar nuestros instintos más primitivos.
   





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