miércoles, 1 de febrero de 2012

LO QUE INCLINA LA BALANZA




LO QUE INCLINA LA BALANZA





Nunca me han gustado los tiempos pretéritos, porque el pasado
queda atrás irremediablemente, siempre. No me atrae la idea
de quedar varada en una vida; en momentos o circunstancias que
puedan dejarme  yacer exhausta ; en otros tiempos ;en tiempos 
ancestrales; en páginas escritas que gobiernen mi día a día,
ni en designios; ni creencias; ni ideologías que apresen.

Me gusta ese lado de la balanza, pueda pesar poco porque no lleva carga; 
es liberador; no imprime obligaciones; ,no aturde
los sentidos; viste transparencias de sentimientos etéreos, pero auténticos;
no posee lenguaje sutil, pero si apasionado; no pone vendas donde no hay 
heridas; no oculta el alma en el silencio.
!Es mi lado...mi lado de la balanza¡
Hay otro lado el de la culpa; el del calvario permanente;
el de esos tiempos pretéritos que no son los míos; donde el llanto no cesa,
porque  uno muere...muere en vida, no abre su puerta a la esperanza, sobrevive sin vivir, ama sin amor, esta ausente, disipa con augurios, el mal
y su carga, cierra sus parpados al amor; no quiere ver, vive entre murallas
de papel escrito. Un papel que dicta sus pasos; siente escalofríos en sus noches, por que son amargas, que le recuerdan quien fue, que le recuerdan quien es; que no le deja escapar , caminar, mira la vida por ajados cristales de añoranza.
No quiere escuchar la voz, le duele , le daña, sus recuerdos son cenizas esparcidas por el viento; donde llena su vida de besos de indiferencia,
de noches sin deseos; de tristeza añeja; de hipocresía. Que sueña con otros
brazos y otro lecho, que llene sus noches vacías,
porque su corazón  lo deja atrás; no lo siente; es frío, está inerte...como un invierno permanente. No deja que la luz del sol lo atraviese,  le caliente, le de vida.
Es una carga tan pesada de obligaciones, que prefiere rodearse de palabras, 
de alabanzas, de almas que entornan y le enseñan a ser apátrida en su tierra.
Ese lado de la balanza, mide a las personas, como un calibraje de oro, mide 
el valor material, la comodidad dormida, la presunción de falsa felicidad, las palabras vanas.
Ese lado de la balanza es muy pesado. Y duele y castiga; no imprime dicha ni vida.
!No quiero ese lado de balanza¡
 quiere mi lado liviano; sincero, etéreo,
pero verdadero;  
!el que descubre las miradas, paisajes en los labios, senderos
en los cuerpos, el que libera los pensamientos¡
Quiero mirar al mundo y que me devuelva su reflejo...el reflejo de unos 
sentimientos puros, del otro lado de la balanza...

   



Mis más sinceros agradecimientos a Juan Morales, por su inestimable ayuda.

No hay comentarios: